Solidarity, Pride, Struggle

A collection of Local 237 Retiree Division’s Oral History Project

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Memoria de boricuas peregrinos

A new book from the Teamsters Local 237 Oral History Project

Memoria de boricuas peregrinos

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Por Néstor Murray-Irizarry , historiador y gestor cultural

Wilfredo Vélez VélezWilfredo Vélez Vélez
o la plena que lleva adentro

Nació en el Barrio Roncador de Utuado, Puerto Rico el 11 de febrero de 1942 .Es hijo de Francisco Vélez Soto y Aurora Vélez Avilés.

Su padre era carpintero, albañil y agricultor. Su madre cuando joven cosía guantes, bordaba a mano y era ama de casa. Francisco también tocaba el cuatro y fabricó dos de ellos: el primero de Jagüilla y el segundo de Achiotillo. Wilfredo me comento que todos los barberos tocaban cuatro y eran tremendos músicos. En su barrio todo se arreglaba con música. Su barrio era musical:

“Se celebraban la Fiesta de Reyes... Hacían muchos rosarios cantados y al finalizar… comenzaban a tocar música de aguinaldos… décimas. Se hacían las octavitas: el que no tenía dinero para comprarle juguetes a los niños en las navidades, esperaba que llegara la zafra de la caña y con el dinero que ganaban  les compraban los juguetes a sus hijos. Se bailaba el Seis chorreao, el merengue, la guaracha. Había música de Colombia, cumbia y ballenato. Utilizaban el cuatro, guitarra, güiro, maracas, bongó y marímbola’’ .[…] ’’Se bailaba el danzón y la danza, antes de irme para el ejército. Luego empezaron a salir los discos de la música cubana, que junto al guaguancó, fueron formando la salsa en Puerto Rico.”

Tuvo 17 hermanos de padre y madre. Es el segundo de los hermanos.  Todos nacieron en Utuado. Vivió en Utudo hasta los 18 años de edad:
“En 1960, yo estaba trabajando en la finca cortando caña y en el aserradero. Hacíamos tablas para construir casas. Desde los 14 años  herraba los caballos, cogí colmenas, recogía café y trabajaba el tabaco con mis primos. Piqué caña en Arecibo para la Central Cambalache en la Finca Las Mercedes. Me llamaron del ejército. Estuve en Alemania dos años cogiendo entrenamiento. Viaje en barco. El tiempo que uno tenía que estar en Alemania eran tres años. Yo terminé mi servicio y el conflicto comenzó. Fue una experiencia muy bonita. Poco a poco fui entendiendo el idioma y al poco tiempo me enamoré de una joven alemana, Inga Burger y tuvimos una hija, Manuela. Regresé a Puerto Rico en 1962, donde estuve menos de un año y viajé a  Nueva York. Vine con la idea de hacer dinero. Me quede en Nueva York y me casé con Judith Vélez. Ella es puertorriqueña de Río Piedras. Tenemos dos hijos, cuatro nietos y un biznieto.”

Sobre su experiencia en Nueva York indica:
“Llegué a casa de un tío en el Bajo Manhattan y me llevó a trabajar donde él estaba empleado. Era una fábrica de hardware para restaurantes, ahí estuve un año. De allí pasé a una compañía que se dedicaba a pulir brazaletes de relojes. Allí conocí a mi esposa. De allí conseguí trabajo en  una fábrica de ropa interior de mujer. Trabajé hasta 1966. En 1968 fui al Departamento de Desempleo y me dijeron que necesitaban un cortador de tela en una fábrica de ropa de niños. Ahí estuve trabajando 17 años y medio. Ingrese en mayo de1989 a Housing. A los tres años de trabajar allí me llamó Mr. Cornelius de la oficina principal y me nombró en la plaza nocturna de chofer.

En 1988 al  regresar de Puerto Rico  Mr. Cornelius me ofreció un trabajo a tiempo completo: de ayudante arreglando los apartamentos en el Bronx e ingresé a  la Local 237. Asistía a las reuniones de la unión y participé en una huelga que se llevo a cabo en el Bajo Manhattan. Casi siempre vivía cerca de mi trabajo. Me levantaba a las 5 am. Preparaba el carrito con el material para trabajar. Terminaba de trabajar a las cuatro y media. Ganaba  17 dólares la hora y todos los beneficios de la Local 237.Me retiré en 2010. Tenía 69 años de edad.”
 
¿Qué beneficios tiene ahora como jubilado?
“Vivo en un proyecto de Housing. La unión tiene plan de retiro. Recibo un cheque todos los meses. Tengo más o menos los mismos beneficios que cuando trabajaba. Recibo el cheque de jubilado. También hacemos actividades. Somos parte de los grupos que ha organizado la División de Retirados de la Local 237 y pertenecemos al Comité de la Herencia Latina y de Veteranos. Somos un grupo de 15 personas retiradas. La unión representa mucho, hace falta relacionarnos.”

Siempre he mantenido comunicación con mi país. He enviado a mis hijos de vacaciones a la Isla, ellos nacieron en Puerto Rico, para que siempre tengan contacto con la familia y su cultura. !Que participen de la música que llevo adentro!

Actualmente Wilfredo, varios de sus hermanos y otros buenos músicos mantienen un excelente grupo de plenas en Nueva York  conocido  como Los Artesanos de la plena. De este tema trataré de escribir en otra ocasión.



[Reprint from Retiree News & Views September/October 2018]

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